La demanda de tratamientos de ortodoncia, sobre todo entre la población adulta, está experimentando un notable aumento, en gran parte gracias a las ventajas que ofrecen los alineadores transparentes.
El paradigma de lo que se conoce como ortodoncia invisible son los alineadores transparentes. Según la definición que hace de ellos la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), son dispositivos personalizados hechos de material plástico resistente y diseñados para mover los dientes.
Además de su “invisibilidad”, estos alineadores tienen otra ventaja, la de ser extraíbles. Su irrupción en el mercado supuso un giro importante respecto a la ortodoncia tradicional –fija y visible-, convirtiéndose en poco tiempo en una alternativa especialmente atractiva para las personas adultas que desean someterse a un tratamiento ortodóncico.
Asimismo, hay otros tipos de ortodoncias que se pueden incluir en el apartado de “no visibles”, ya que por sus características y por los materiales de las que están hechas resultan prácticamente imperceptibles cuando se llevan puestas. Es el caso de la ortodoncia lingual y los brackets “estéticos”.
Alineadores invisibles o transparentes
De acuerdo con la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO), estos alineadores constituyen uno de los sistemas de ortodoncia más demandados en los últimos años. Tienen una serie de características que marcan su carácter diferencial respecto a la ortodoncia tradicional:
- Consisten en unas férulas extraíbles. Se trata, por tanto, de un tipo de ortodoncia extraíble.
- Están fabricados con plástico transparente y resistente.
- Se diseñan a medida para cada paciente, siguiendo las indicaciones de un ortodoncista.
- Se usan en el marco de un correcto diagnóstico previo de la maloclusión y una planificación del tratamiento adecuado para su corrección.
- Se colocan de forma cómoda y sencilla sobre los dientes, aplicando una presión controlada y específica.
- Están ideados para actuar de forma progresiva, de ahí que no se diseñen como elemento único, sino como una serie de alineadores que se van colocando sucesivamente.
- Las fundas o alineadores se van cambiando cada una o dos semanas con el objetivo de producir pequeños movimientos que van dirigiendo gradualmente a los dientes a su posición correcta.
- Es una opción que está indicada, tanto para niños y adolescentes, como para adultos.
- Permite tratar actualmente la mayoría de los casos que necesitan ortodoncia, desde leves, a moderados: apiñamiento, separación entre dientes, ciertos problemas de mordida…
- Los casos más complejos pueden tener que recurrir a un enfoque diferente o al uso de elementos auxiliares de anclaje.
Personalización y digitalización
Tal y como se explica desde la SEPA y la SEDO, actualmente, la tecnología digital juega un papel determinante en el diseño y seguimiento de los tratamientos de ortodoncia invisible, ya que los ortodoncistas utilizan escaneos en 3D y sistemas de diseño asistido por ordenador.
Con ello se consigue establecer un plan de tratamiento totalmente personalizado, una experiencia más predictiva y la posibilidad de que los pacientes puedan visualizar el resultado final antes de comenzar el tratamiento.
En este contexto tecnológico, el protocolo que se sigue actualmente en los tratamientos de ortodoncia invisible es el siguiente:
- En la primera consulta con el ortodoncista, se recaban datos sobre la situación del paciente (historia clínica, exploración de la cavidad oral, radiografías, etc.).
- También se toman impresiones digitales de la boca del paciente o se escanean los dientes, para así crear una representación tridimensional exacta de la boca.
- Con todos estos datos, se hace un diagnóstico preciso de la maloclusión y se traza un plan de tratamiento individual.
- Según las indicaciones del ortodoncista, se diseña un modelo de software que reproduce el plan prescrito y que describe, paso a paso, los diferentes movimientos de los dientes necesarios para alcanzar la posición final correcta.
- Teniendo en cuenta toda esta información, se programa la confección de las férulas a medida.
- El número total de alineadores depende de la complejidad de la maloclusión y del plan de tratamiento.
Qué hay que saber sobre esta técnica
Hay distintos métodos o marcas de alineadores invisibles. La diferencia entre unos y otros está en la composición química del plástico, que se asocia a diferentes propiedades físicas y mecánicas. Todos los que se emplean en las consultas del ortodoncista tienen que reunir una serie de características (estar dentro de determinado rango de elasticidad, rigidez, dureza y flexibilidad) para permitir el movimiento de los dientes con las fuerzas adecuadas.
Los alineadores deben llevarse de forma continuada entre 20 y 22 horas diarias y ser retirados en las comidas para, después de éstas, cepillarse muy bien los dientes. Las pautas de cambio de las férulas las indica siempre el profesional. Generalmente oscilan entre los siete y 15 días, pero el intervalo puede ser mayor, según el estado de los dientes y el plan de tratamiento.
Lo habitual es que el seguimiento en la consulta se haga cada 30-45 días, según las fases del tratamiento. El objetivo es comprobar la evolución y hacer ajustes para, por ejemplo, facilitar ciertos movimientos dentales difíciles de conseguir.
Según advierten los profesionales de la SEDO, al igual que sucede con otros tratamientos de ortodoncia, el uso de alineadores invisibles puede asociarse a algunas complicaciones, derivadas principalmente del roce continuo de las férulas con las mucosas y tejidos: irritación de mejillas, lengua o labios; llagas; sensibilidad; o molestias puntuales en algún diente.
Ventajas frente a la ortodoncia tradicional
Son muchas las razones por las que los alineadores invisibles se han posicionado como la mejor alternativa a la ortodoncia tradicional:
- Mejora estética: su transparencia hace que sean invisibles casi al 100% cuando se llevan puestos, lo que permite llevar a cabo el tratamiento sin alterar la estética del paciente.
- Comodidad: son cómodos de llevar y se pueden quitar fácilmente para comer y cepillarse los dientes, superando así la desventaja en este sentido de los brackets tradicionales, con bordes afilados, alambres y que, además de incómodos, pueden causar irritaciones.
- Más precisión: el plan de tratamiento controlado al milímetro gracias a la tecnología digital permite seguir la evolución de la corrección dental “en tiempo real”. Esto mejora la eficiencia y hace que el paciente conozca en todo momento cómo va el proceso.
- Limpieza oral óptima: con esta opción se soluciona uno de los problemas más destacables de la ortodoncia fija, que es la dificultad que se tiene en ocasiones para conseguir una limpieza dental completa.
Otras opciones “invisibles”
La ortodoncia con brackets tradicionales también ha evolucionado hacia opciones con mejores resultados estéticos, más discretas y con diseños que pasan prácticamente desapercibidos cuando se llevan puestos, por lo que podrían considerarse como tratamientos mínimamente visibles o “casi invisibles”.
Los dos tipos que más se ajustan a estas características son la ortodoncia lingual y los llamados “brackets estéticos”. La principal diferencia de ambas respecto a los alineadores es que se trata de ortodoncias dentales fijas:
-Ortodoncia lingual: es un tipo de ortodoncia en la que los brackets se colocan en la cara interna de los dientes, de forma que no resultan visibles. Funciona igual que la ortodoncia tradicional, pero se trata de una técnica más compleja, por lo que no siempre es posible aplicarla en todos los casos.
-Brackets estéticos. En este grupo destacan, sobre todo, dos tipos de brackets:
- De cerámica: son brackets elaborados con material cerámico, lo que les permite mimetizarse con el color de los dientes o ser totalmente transparentes. Funcionan de la misma manera que los tradicionales y consiguen los mismos resultados.
- De resina o policarbonato: están hechos de un material parecido al plástico, son prácticamente transparentes, adaptándose perfectamente al color del diente, sea cual sea. Su uso suele estar indicado en los tratamientos de ortodoncia de corta duración.
Siempre en la consulta, nunca en internet
En paralelo a la “moda” de la ortodoncia invisible han proliferado empresas que publicitan y comercializan alineadores transparentes de manera online destinados al tratamiento de ortodoncia a domicilio y sin supervisión profesional.
Las sociedades profesionales de esta especialidad alertan reiteradamente sobre los riesgos de esta práctica. En este sentido, la SEDO ha publicado recientemente un documento en el que se exponen la razones por las que estas opciones online están totalmente desaconsejadas:
- La ortodoncia no debe tomarse como una moda, sino que es una disciplina sanitaria que debe ser prescrita, planificada y supervisada por un profesional cualificado.
- Es muy importante que la colocación de las férulas se haga en una clínica dental, y que sea el profesional quien dé las indicaciones oportunas al paciente y compruebe y controle la evolución del tratamiento.
- El uso indiscriminado de férulas sin supervisión médica puede dar lugar a problemas que afecten a los dientes, a la oclusión y a funciones tan importantes como la masticación, el habla, la respiración o la deglución.