Procedimiento y efectividad del blanqueamiento dental

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Las sonrisas blancas y perfectas son una “seña de identidad” de muchos personajes públicos y es una de las razones que explican que el blanqueamiento dental –técnica cuyo objetivo es aclarar y dar brillo al tono dental– sea uno de los tratamientos odontológicos más solicitados en las consultas. 

Se entiende por blanqueamiento dental al procedimiento de odontología estética que tiene como finalidad conseguir que los dientes adquieran una tonalidad más clara mediante dos tipos de acciones:

  • Eliminación física de las manchas en la superficie del diente.
  • Provocación de una serie de reacciones químicas para aclarar su color.


Los “culpables” de las manchas dentales

Uno de los principales factores que favorece que los dientes pierdan su tono blanco natural es el envejecimiento. Según se explica desde la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), a lo largo de la vida, el esmalte (que es la capa más externa de la corona del diente) se va desgastando poco a poco. Como consecuencia de esto, se vuelve casi “transparente”, haciendo que se visualice la dentina, la capa de tejido mineralizado que se encuentra debajo y que tiene un color más amarillento

Además, hay que tener en cuenta que hay otros elementos (alimentos y determinadas sustancias, principalmente) que contribuyen a alterar el blanco natural de los dientes, produciendo lo que se conoce como tinciones dentarias. Entre los más habituales están:

  • El café, el y los alimentos ricos en taninos, como el vino y los frutos rojos.
  • Ciertos hábitos, como el tabaquismo y el vapeo.
  • La ingesta continuada de determinados fármacos, como el hierro o agentes antisépticos (clorhexidina) que pueden teñir los dientes y oscurecerlos.


¿Una solución para todo el mundo?

Antes de hacerse un blanqueamiento es necesario someterse a una revisión de la boca para que el dentista descarte la existencia de alguna infección oral (caries o periodontitis) ya que, en estos casos, el blanqueamiento puede perjudicar en mayor o menor medida a las encías.

Además, hay que tener en cuenta que, tal y como se recuerda desde la SEPA, no todos los dientes pueden blanquearse. Estas son las principales circunstancias en las que el blanqueamiento dental está contraindicado:

  • Personas que tomaron tetraciclinas (un tipo de antibiótico) o consumieron agua con exceso de flúor en la infancia (periodo de desarrollo dental) y que, como consecuencia de ello, presentan tinciones fuertes en la superficie de los dientes.
  • Personas que llevan prótesis dentales, coronas o fundas, ya que en esta situación la superficie del diente a aclarar está cubierta por una capa de cerámica o metal. 

Peróxido: el agente blanqueante

El “secreto” de la técnica de blanqueamiento es el producto que se aplica sobre los dientes en este proceso y que habitualmente tiene formato gel. En la mayoría de los casos, su ingrediente principal es el peróxido (de hidrógeno o de carbamida) en diferentes concentraciones. Este agente actúa penetrando en el diente y liberando radicales libres encargados de descomponer las moléculas orgánicas responsables de las tinciones.

Todos los productos de blanqueamiento dental deben pasar unos controles de calidad y tienen que utilizarse por recomendación y siempre bajo la supervisión del odontólogo.

Hay que tener presente que utilizar estos productos sin control y/o recomendación del profesional puede poner en riesgo la salud dental. Esto se explica porque los dientes están formados, además de por estructuras duras y mineralizadas (dentina y esmalte), por un sistema nervioso y vasos sanguíneos que pueden verse afectados por el efecto del producto blanqueante.
 

Blanqueamiento profesional: dos tipos 

Existen básicamente dos tipos de procedimiento de blanqueamiento dental profesional:

  • En la clínica o consulta dental.
  • Ambulatorio.

1. Blanqueamiento en la clínica dental

Tal y como explican los especialistas del Consejo General de Dentistas de España, estas son las fases que suele incluir el protocolo de blanqueamiento dental que se practica en clínicas y consultas dentales: 
  • Información y preparación. El odontólogo hace una exploración y explica al paciente las opciones posibles para el blanqueamiento de sus dientes. También le informa sobre el resultado final que puede esperar.
  • Limpieza. Es fundamental limpiar y preparar minuciosamente los dientes. Este paso previo sirve para asegurar, tanto la efectividad, como una mayor duración en el tiempo del tratamiento blanqueador.
  • Gel blanqueante. El odontólogo aísla la zona para evitar que el agente blanqueador entre en contacto con las encías. Después aplica sobre los dientes el gel blanqueante (habitualmente peróxido de hidrógeno al 35-40%).
  • Fuente de luz.  Para activar el gel, se le somete a una fuente de luz/calor. Por lo general, se realizan unas cuatro sesiones de entre 15 y 20 minutos, pero esto puede variar en función del producto y del paciente.
  • Con láser. Una modalidad de este tratamiento es el blanqueamiento en el que el gel depositado sobre los dientes se ilumina/activa aplicando un láser. Este tipo de blanqueamiento dura aproximadamente una hora.
  • Aplicación de flúor. Una vez eliminado el gel blanqueador, se puede aplicar flúor profesional para disminuir la sensibilidad dentaria, aunque este paso depende del protocolo que se siga en cada clínica. 


2. Blanqueamiento ambulatorio: 

Es complementario al tratamiento en consulta y lo lleva a cabo el paciente en casa, siempre en base a las recomendaciones, precauciones y el material que le proporciona el odontólogo:
  • Se utilizan férulas de plástico permanente elaboradas a partir de un molde de la boca del paciente realizado en la consulta.
  • En este molde se coloca el gel blanqueante (suele ser peróxido de carbamida al 10-22%) contenido en unas jeringas.
  • El número de horas al día que hay que llevar puestas las férulas y la duración del tratamiento ambulatorio serán determinadas por el odontólogo
  • Como media, este blanqueamiento se plantea para cuatro semanas.
 

Cuidados post-blanqueamiento

Para garantizar, tanto el resultado, como la duración del blanqueamiento, desde el Consejo General de Dentistas se aconseja extremar la higiene dental, no fumar y seguir una “dieta blanca” durante los primeros días después del tratamiento. Durante este periodo, aumenta el riesgo de que los dientes, en general, y el esmalte, en particular, estén más porosos y, por ello, pueden impregnarse de pigmentos no deseados. 
Estos son los alimentos que representan mayor riesgo en este sentido:

  • Tomate
  • Zanahoria
  • Arándanos
  • Moras
  • Chocolate
  • Café
 

Efectos y duración del blanqueamiento

El blanqueamiento dental es un tratamiento muy efectivo en la práctica totalidad de los casos. Sin embargo, los especialistas hacen hincapié en que el efecto que se debe esperar de esta técnica es un aclarado (hasta en ocho tonos), no un blanco reluciente, ya que los dientes naturales no son de un color blanco puro, sino de un tono marfil. 

Respecto a la duración, hay que tener en cuenta algunos aspectos:

  • El resultado que se obtiene con el blanqueamiento es temporal, por lo que debe realizarse cada cierto tiempo.
  • Dependiendo del tipo de blanqueamiento, del estado de los dientes, del tono dental natural, del estilo de vida de la persona, etc., la duración del efecto puede ir, desde unos pocos meses, hasta los tres años.
  • Hay determinados hábitos y sustancias que pueden acortar considerablemente la duración del efecto del blanqueamiento: el vino, el té, el café y el tabaco, principalmente.  


En línea con esto, los expertos advierten sobre la tendencia actual a la blancorexia u obsesión por los dientes blancos, que lleva a muchas personas a realizarse blanqueamientos dentales con mucha frecuencia y sin la supervisión de un profesional. Esta práctica puede tener consecuencias sobre los dientes que van desde la hipersensibilidad o la gingivitis, hasta la pérdida del diente.
 

Kits y otras opciones “fuera de la consulta” 

El contexto actual de incremento de la demanda de procedimientos de blanqueamiento ha dado lugar a la proliferación de opciones para conseguir este efecto fuera de la consulta del odontólogo. Decantarse por estas alternativas puede tener consecuencias más o menos serias. Estas son las recomendaciones de la SEPA al respecto:  

  • Kits de blanqueamiento caseros de venta en Internet: se presentan en forma de férulas de plástico en las que se vierte el agente que se oferta como “blanqueante”, o en forma de determinadas tiras adhesivas blanqueadoras que se colocan sobre los dientes.
  • Productos blanqueantes de farmacia y/o parafarmacia: kits caseros, tiritas adhesivas o dentífricos con efectos blanqueantes son algunos de los productos blanqueadores que se pueden encontrar en estos establecimientos y que, al no estar controlados por el odontólogo, conllevan ciertos riesgos.
  • Centros estéticos que ofrecen este tratamiento: muchos de ellos no cumplen la calidad necesaria ni cuentan con odontólogos que lleven a cabo este procedimiento o lo supervisen.


Respecto a los productos blanqueadores, los especialistas inciden en que todos ellos poseen agentes con acción blanqueante en muy bajos porcentajes, por lo que si bien llegan a aclarar el color de los dientes, es necesario utilizarlos durante más tiempo que los se emplean en la consulta para apreciar su efecto, con el riesgo que ello conlleva.

En el caso concreto de las pastas dentales blanqueadoras de farmacia, contienen peróxido, pero a concentraciones muy bajas. Sólo deberían utilizarse como complemento para el mantenimiento del blanqueamiento realizado por el profesional en la clínica odontológica. 
 

 
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